jueves, 19 de diciembre de 2013

Temo

He tardado veintiún años en quererme
y aún me cuesta creerme.

Soy de las que se dedican a plantar
en vez de a deshojar tréboles.

Mi suerte no tiene nombre,
pero duerme en el lado que no se atreve a ocupar nadie.
Se toca el pelo como queriéndome
decir algo.
Y mis ojos se vuelven madera mojada de tanto llorar
por verse entre los dedos del niño más valiente,
el miedo.

Miedo a saber convivir con la vida,
a dejar de escribir por tenerte enfrente,
a saciarme contigo y que signifique libremente.
Miedo a leerte con la mente
a no querer salir de tu cama en muchísimos daños.
A serte infiel con tu espalda,
a jurar amor eterno al olvido de olvidarte.

Me temo 
por no saber ser triste
si no es en tu llanto.

Miedo, en definitiva
a dejar de temer el futuro
si viene de tu mano.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Tú eres la cuestión

El otro día vi con mis propios ojos como la propia familia echaba por tierra los principios de uno de sus hijos. A él le gusta el rap, las letras en general, el placer de sentir el doble al escribir y eso para ellos era una pérdida de tiempo. Yo al leerlo no supe hacer otra cosa que:

"No tienen ni idea y te aconsejan que lo dejes.
Utilizan las palabras para apagar las tuyas.
Hablan de un fruto de la edad que no madura, del rap y la poesía como armas de destrucción pasiva.
Y llevan razón. Te abres en cada filo del folio, recalcas sentimientos a flor de miel. Pisadas, latidos, -las letras no son el oficio para el beneficio- te graban.

Déjales, ellos sí saben de lo que hablas, escribes los silencios que se callan, traspasas las palabras, deshaces verbos derretidos en la boca del cobarde. El rap es la declaración perpetua a una madre, lo que le dices al amor por primera vez cuando sale por la puerta y tú esperas volverle a ver. El suma y sigue que yo te sigo, el rojo de la apuesta a este futuro negro en un sistema anti-nosotros.

Concéntrate

El mundo es el blanco de este roto cielo azul.
Mira el reloj y huye, no hace falta un vuelo a Londres, imagina que el creyente de sí mismo tiene alas, la verdad no se encuentra en el mismo bar de siempre, puedes ahogar las penas y vivir debajo de un puente, el calor depende del hogar y no de la cerilla que te enciendes.

Sigue creciendo,
creer o no creer
TÚ eres la cuestión.

Eres el don de las doce, el: “antes de la una en casa”.
Echa de menos si tienes que hacerlo.
Ama la vida como si fueras tú quien está viviendo.
Vive el amor como si fueras tú quien está amando.
Aparta el abrazo del regazo que rechaza el lametazo de tu perro, él es el verdadero amigo y no el hombre.
Siéntate a pensar porque no abrazas cada día a los que te quieren de verdad, duerme sintiendo que mañana te despertarás y espera el día de no hacerlo.

La muerte es la antesala de la inmortalidad,
tírate por el puente como ellos, crea una familia, acuéstate de espaldas a la espalda que no quieres volver a ver, haz cosas por inercia, sopla velas y mira como tus sueños no aceleran.
Besa en la mañana antes del primer café, descálzate y sal a la calle sin tus miedos, puedes seguirles y quedarte en el intento o crear un mundo paralelo donde tú puedas hacerlo.

En serio, míralo por donde quieras, pero no dejes que te cierren los ojos."

martes, 5 de noviembre de 2013

Cómo

He visto cómo te desatas los cordones,
cómo te desabrochas la chaqueta,
cómo te sueltas el pelo,
cómo.

Cómo te frotas los ojos para ponerte en la boca
que los sueños te pesan,
cómo te calientas las manos con el aire que me robas,
cómo.

Cómo eres capaz de colarte entre mis dedos
sin rozarme,
cómo abres todas las puertas para después saltar
por la ventana,
como un suicida con esperanzas de ser salvado.

Cómo.

Cómo te atreves a entrar en mi vida
totalmente desduda,
sin soltarme.

Cómo osas frotarme,
calentarme,
dejarme sin aire.

Cómo me cuelas por tus poros para quitarme los miedos,
cómo me encierras en tu casa
y me señalas la ventana.

Cómo.
Y por qué.

Dime cuándo
y te juro 
que no salto
pero me asomo contigo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Di nunca

Recuerdo la última vez que volví a mirar a la primera vez.
Vestía de negro y yo estaba enfundada en un pijama de invierno manta.
Era nuestra quinta despedida definitiva.
Yo no dejaba de contar los días que hacía que no le veía hasta que le volvía a ver, entonces volvía a empezar. 
Nunca me salían las cuentas, nunca salía de mi cabeza.
Fueron dos años y medio de destrucción masiva, ella era una mina antipersonas y yo vaciaba el plomo de mis pies en su cuerpo. 

Nos queríamos a matar.

Quinientas sesenta y siete noches después me dejó entre dos paredes mentales. Una hacia el vacío y otra hacia la soledad de su pelo rizado.
Era capaz de perder la noción del tiempo en ese parque de atracciones, era viable la vida a su lado hasta que sacamos nuestras armas y enterró su hacha de guerra en mi espalda.

Me mató.

Ni siquiera sabía por qué, pero así lo hizo. Consiguió abrirme en canal, engancharme, logró mi dependencia emocional de sus muñecas, le denuncié por allanamiento hacia una enamorada, firmé la orden de alejamiento pero con una condición, que no se fuese nunca.
Y así fue.

Así se fue.

Aún recuerdo el libro que quería escribir sobre ella en una playa, empecé por el final y nunca terminé de empezarlo.

Aún me acuerdo de ella, por supuesto, pero jamás volvería a su lado. 

Jamás volvería a vivir su pérdida.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Somos verdad

Somos la generación del 27
el Siglo de Plata para fumarnos los poros
Los perros guardianes dirigiendo el rebaño hacia el puente,
las líneas de colores en el cielo
después de la decepción

No somos esperanza
somo acción

Somos verbos
palabras
poesía en tu casa
la prosa del preso que expresa
hasta llegar al condicional

La tinta que pinta el papel de fumar
Somos bar
somos hogar
hogueras encendidas en mitad de la oscuridad

No somos la generación perdida
somos el saber estar
la calle Libertad
somos Joaquín, Andrés, Nacho y Quique.

Somos egoístas con la naturaleza
porque siempre vemos antes
las malas hierbas en el ego ajeno

Somos trabajadores de sueños
locos por volver a tocar las cuerdas vocales de la sociedad
Somos la calle

Somos las promesas hechas con realidad
Somos el cambio
Somos nosotros, Poesía
y hemos venido a salvarte

viernes, 4 de octubre de 2013

Nosotros


Todo el mundo busca lo que quiere en el sitio de siempre. Y no, nunca está siempre.

Siempre vamos al mismo lugar, a la misma parada de cada mañana, la misma línea de metro, la misma calle, el mismo edificio, las mismas caras, pero un día, ya no está.
Un día te levantas y caminas hacia la misma dirección, en el mismo sinsentido de siempre.
Un día como hoy sabemos que mañana es sábado y pasado nostalgia. 
Que el lunes vuelve como cada semana, después de una lluvia de recuerdos para cansarnos tan solo de pensar en todo lo que nos queda por delante. 
Nos disfrazamos de optimistas, pero somos la peor especie del mundo.
Eso no está escrito en ningún libro y me parece mal la valentía del ser humano que dijo que somos egoístas por naturaleza y él no se definió como un cabrón.

Pero te das cuenta, enseguida, de la primera frase de este texto, cuando un día, por normal que parezca, por martes, miércoles, abril, diciembre o enero que fuera, despiertas en la cama de siempre, desayunas estrictamente tal y como viene en el papel que te recomienda no tomar dulces a pesar de que la vida te amargue, enganchas el disfraz sonriente que te va a ayudar a soportar las ocho horas -con suerte- laborales que te quedan por delante y sales. 
Abrazas al cielo, ves al cartero, un escalón, dos... El autobús debe estar al llegar, pero te falta alguien. Estás en el lugar, en la parada, vas hacia la misma línea de metro, has bajado por tu calle y la oficina no se ha movido de donde estaba, pero te falta alguien.
Miras, disparas la mirada hacia el frente por si acaso una señal te da alguna pista, pero nada. 
Miras, están los de siempre, los de cada mañana, pero algo falla. 
Viene el autobús y te subes con la inseguridad de la mano porque sientes que algo ha cambiado.
Vas hacia el metro y te cruzas con él. Te paras. Caminas dos pasos hacia atrás mientras el barullo de gente parece informatizada, y buscas el reflejo de lo que te faltaba. Te miras en el espejo, y eres tú.

Te faltas en cada día por culpa de la monotonía que ha hecho que te olvides de ti. Te faltas y ha llegado el momento, en que, por fin, has conseguido mirarte. Vives en una jaula que dices que es tu casa donde sabes que tu hogar es donde se encuentren los de siempre, porque ellos nunca cambian, aunque también están enfermos de rutina.


Y digo que somos la peor especie del mundo porque dejamos que nos convenzan de que la vida es estabilidad, de que lo mejor para mañana es tener un futuro hoy. Dejamos de creer por miedo a que sea verdad eso que dicen de la felicidad, como si mañana existiese. 
Como si ser feliz no fuese una estupidez. 
Como si tener algo que hacer fuese todo, cuando realmente lo importante lo hemos perdido hace tiempo.

A nosotros. 

Nosotros, los mismos que caminamos cada mañana por el metro ignorando los reflejos.
Esos mismos, nosotros.

martes, 24 de septiembre de 2013

Me hiero

Tengo el corazón en un puño.
En el izquierdo 
textualmente. 

Siempre que escribo
tengo la sensación de que algo lo separa de sus latidos.

Es como si mi dedo corazón derecho
quisiera amansar el miedo
del hermano que se esconde en el lado opuesto.

Y se le antoja imposible.

Pareciese como si entre ellos
hubiera una lámina fina y transparente
simulando la claridad de un reflejo al mirarse en un espejo.
Roto.
Como los sueños.

Muevo mis yemas
y no me llego a morir de vida.

Y ésta se encoge y acelera el pulso,
se estrella contra una distancia infinita
vertical,
existente
como las vías de tren a las que me he tirado
-por despecho-
para verte.

Pero se rompe cuando me adentro
en lo más superficial de mi cuerpo
porque en el fondo 
hay demasiada gente esperando 
a que vengas tú a tocarlo.

Déjales,
están todos muertos de sueños
y yo me evado metiéndome los dedos 
salpicando el suelo de tu portal
debido a mi bulimia emocional.

Lo siento,
me estoy quedando en los huesos de tanto querer tocarme
y no encontrarme el pecho.  

viernes, 13 de septiembre de 2013

Ella

Tienes que saber algo más antes de acostarte otra vez.
Conmigo.
¿Te acuerdas de la chica tímida
que apenas hablaba
y no dejaba de mirar al suelo por miedo a caerse?

Bien.
Te hizo el amor antes de conocerte.

Y reconoce
que has sido lo mejor que ha pasado por su cama.
Y por su mente.

A veces me cuenta cómo te sorbía la saliva
con el cuentagotas de su lengua.
Cómo te quitaba la mirada
para darte la mano
y llevarla al final de su espalda.

Me habla de la manera que tiene de rozarte
sin ni siquiera mirarte,
de cómo te sabe de memoria,
a conciencia,
de noches y noches de estudio continuo,
una y otra vez,
sus manos
y tu piel.

De cómo te besa las rodillas
y juega con los espasmos y la prisa,
que es lo único que no le corres.

De tus labios cuando huelen a flor,
a la más mojada de su jardín de olvido.

Me cuenta de cómo sus yemas
escalan por tus costillas
mientras desemboca un río de saliva en tu ombligo.

Me dice que hueles a noche,
a libro abierto de piernas,
a coche,
a sexo,
a roce, cariño y herida.

Me cuenta que te husmea como un perro guardián
deseando que se dé la vuelta el mundo
para comerse
por fin
al rehén:

     tu vida.

jueves, 22 de agosto de 2013

Te conocen, pero no saben cómo te amas

Has sido para muchos
todo lo que no he conseguido ser para mí.

Te han vestido de primavera
y has dormido encima de tumbas repletas de flores
mientras el cuervo de tu corazón
observaba cómo llorabas al amor.

Te han puesto del peor invierno que pasó por su bufanda
por culpa de ese maldito olor
a querer vivir en tus pestañas
cual deseo ansiado de tropezarse
con la primera ráfaga de viento que llevase tu nombre.

Has sido el estribillo de una canción,
eso que todo el mundo repite
una y otra vez
y que yo nunca me aprendo.

Has vivido en más poemas que en tu propio cuerpo
y te han subido a millones de trenes
con destinos donde nadie te esperaba,
pero tú nunca bajaste,
nunca supiste hacerlo
y lo sé porque conozco la canción que habla de ello.

Te han mirado más ojos
que versos se han colado en tu retina
y mira que es difícil eso de caer en tus manos
pero para ser libro
hay que tener un nombre
y yo lo único que me sé es tu apellido.

Te has subido a escenarios mientras a mí
me bajaban los miedos en una cama perdida
que escondía tu sonrisa,
como si fueses un monstruo
como si el miedo
no se asustara al oírte respirar
por temor a que inundes al mundo de sueños
y se acabe la vida en tu planeta
como ya predijeron los necios.

Tú corazón ha pasado por más colores
que gamas tiene un círculo cromático.

Cuando lo vi por primera vez
tuve la certeza de escuchar latir al arco iris
y tú me mirabas
como se mira la luna de noche
con cautela
y a millones de besos luz de distancia,
y yo te intentaba decir
que no se me da bien componer,
que apenas tengo ritmo ni métrica
para encerrarte en un poema,
que no tengo valor para subirme a un escenario,
pero puedo armarme de ti si me lo pides,
que deberías saber que ni siquiera me gustan los trenes
-encierran demasiadas despedidas para tan poco corazón-

Tenías que entenderme,
pero me seguías palpando con miedo a romperme
hasta que finalmente
pude hacerte ver
que seguramente no sepa convertirte en arte,
no
seguramente yo no sabré buscarte en cada calle de Madrid
y convertirte en estaciones mientras me dedico a hablar
del fenómeno natural que es tu pelo
cuando se enreda en el recuerdo de quien te observa pasear,
pero lo que sí es cierto 
es
que desde que te vi cruzar aquel paso de perdedores
tuve el sabor de la victoria a escasos metros
y de repente me convertí en Neruda
en Pedro, Aleixandre,
Benedetti, Ray,
fui invierno queriendo arrasarte,
fui cantante, poeta,
monologuista de tu vida,
fui patética, escéptica a cualquier término relacionado con tu pecho,
fui un libro, un verso,
el escenario donde te subías y yo te sostenía mientras triunfabas,
de repente me convertí en Maya y dije que el mundo se iba a acabar
cuando tú bostezaras.

Fui el todo
de tu nada.

Fui la piedra
donde tropezabas
y tú la chica que no supo bajar del tren
pero se equivocó de parada.

Y aquí estamos,
mi amor
sentadas en un mismo vagón.


Ahora he dejado de tener miedo a los trenes
desde que viajas conmigo
pero sigo temiendo las despedidas.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Si hablan de vértigo me callo tu nombre

No me sales
y ése es el principal de mis poemas.

No me sales en formato voz,
ni en formato letra,
ni existe alguna forma de que salgas de mi cama
sin que pierda las maneras.

No eres capaz de salir de mi cabeza
ni de darle tregua a mi lengua
mientras te dedicas a volarme la sien 
con balas en formato palabra.

Tú,
a ti
que te sale todo en cuanto te desnudas de las dudas
y echas una mano al papel
y otra a mi muslo.

Tú,
a ti
que te gusta retener el aire 
en sitios 
donde sólo puedo respirarte.

Mi piel tiene una memoria prodigiosa
y no sabe recordar el tacto de otras huellas
cuando decides jugar al perro y al gato
y acabas arañándome la espalda por culpa de tu miedo
a mis alturas
y yo termino mordiéndome la vida por miedo a que mi culpa
se vaya contigo.

A la vez.

Y hacer caso a Quino con eso de que la vida
debería ser al revés:
       
                       "y al final abandonar este mundo en un orgasmo."

sábado, 17 de agosto de 2013

Mi vida contigo

Pensar que tengo once vidas 
por delante
a tu lado,
hace que no quiera perder 
ni un segundo
sin ti.

Saber que si cabe alguna posibilidad
de llegar a los noventa y nueve años
mirando los mismos ojos día tras día
noche tras noche
trasnochando por no querer dormir 
con el miedo 
y temer no volver a hacerlo nunca contigo,
sería algo así
como dejarse el sueldo en lotería
pero dejándote la vida.

Es injusto no decirte cuánto te sigo queriendo
cuando el cielo no me deje estar
por eso, 
cuando te toque a ti ser la única toma en la tierra
que me ponga en contacto contigo
quiero que recuerdes esto:

          "me sobra el mundo entero
           para buscarte esa sonrisa que me mantiene viva
           aunque sea en otra vida,
           y aunque no sea a mí
           a quien sonrías"

sábado, 10 de agosto de 2013

Me pido quererte las vísperas de domingo


Hoy es una de las noches más negras del círculo polar cromático
el cielo no tiene nada que ver,
y a mí tampoco me han enseñado a mirarte a oscuras.

No es casualidad que tristeza no empiece por tu nombre
pero tu apellido se deslice en mi sonrisa.
Tampoco que tu calle haga esquina con la última letra del poemario
que voy a dejar como “pendiente”
el resto de mi muerte.

(...)

Mira, 
mejor termino esto sin haberte empezado
que hoy estoy más lejos que cuando no estoy a tu lado.

viernes, 9 de agosto de 2013

Planes 2.0

Fui a tu encuentro 
y en mitad de la segunda parada de metro
tuve que improvisar un Plan N.
Me negué la realidad de beber los vientos por ti
y ahí, entendí
que podía sucumbir a todos
y cada uno de tus deseos.

Con el Plan Ñ me ha pasado lo mismo que con el K:
me he quedado sin ellos,
pero te tengo a ti
y contigo me sobra el resto
para empezar de cero.

Mi Plan O es observarte las manías que hacen
que no pueda dejar de mirarte.
Olerte,
husmearte
como un perro espía que encuentra la heroína más preciada.

Mi Plan P es perderme entre tus dedos
pedirte que pares cuando mueves mi vida
con tan solo un beso.

Mi Plan Q no es quererte
porque eso lo puede hacer cualquiera
y a ti,
mi amor,
sé que voy a amarte a partes desiguales
porque no hay nada mejor que hacerlo siempre un poco más,
siempre un poco antes. 

Mi Plan R es reírte
hacer que fundas los plomos de tu vida
y enseñarte que con las luces apagadas
toda persona deja de ser humana.

Mi Plan S es saberte,
aprenderte y desconocerte por completo,
completarte si alguna vez 
necesitas sentirte entero.

Mi Plan T es tumbarme cada noche
en una cama diferente
de una ciudad cualquiera,
invitarte a que te dejes caer a mi lado
y convertir las horas en nuestra primera vez.

Mi Plan U es ubicar un lugar
en una zona concreta de un mundo aparte
y hablarte con miradas
mientras me callo cuando miras.

Mi Plan V es velar las noches
en que Insomnio se apodera de tus sueños
y hace que creas que has dejado de soñar
por tener una realidad donde estar viviendo.

Mis Planes W, X, Y y Z
es hacerte mi incógnita
darte todos los nombres imposibles del mundo
y despejar el cielo de lluvia
para subirte a poner el sol.


Me he quedado corta,
como siempre me pasa al escribirte,
me he pasado de largo
como siempre cuando voy a tu casa.

Voy a hacer uso de todos mis planes
y el día que acabe
inventaré diez abecedarios más
para volver a quedarme sin letras
y comprender,
de una vez,
que no existen lenguas que te abarquen. 



(La primera parte escrita de todos mis Planes y en vídeo)

martes, 6 de agosto de 2013

Por si acaso

Por si se te ocurre regresar
tienes tu inseguridad debajo del felpudo.
Ten cuidado, no lo pises mucho
que enseguida baja la autoestima.

Ni se te ocurra intentar meter la llave en la cerradura,
no es que haya cambiado de puerta
es que he cambiado de entrada
y ahora no hay forma de salir de mí. 

No tienes permitido el paso a ninguno de los diez escalones 
que separan el mundo de mi cama.
El día que los bajaste de dos en dos 
era la última vez que te iba a ver tropezar con tu sombra,
-por si no me recuerdas-.

Tienes la maleta al otro lado del portal,
que es que ni siquiera quiero que revises mi buzón de cartas,
ya te digo que está lleno de sugerencias 
y seguro hay algún paquete urgente que poco me urge 
en estos tiempos de calma.

No mires por la mirilla porque no me encuentro a mi otro lado.
No quiero ni que respires cerca del pomo,
que tu aliento lo detectan mis sentidos
y enseguida salta la alarma
y no estoy dispuesta a recibirte hoy, 
señorita Nostalgia.

No quiero que aparezcas por mi calle,
hace ya bastante tiempo 
que me tomo los domingos libres de recuerdos.


Todo esto te lo cuento por si se te ocurre volver,
que no te creo 
pero por si acaso.

viernes, 26 de julio de 2013

Una vez no tuve miedo

Resulta tan claro hablar del mundo 
que
a veces
se vuelven opacas las palabras 
y no dejan que su significado 
traspase a la persona en todos los sentidos 
del verbo. 

Creo que la mejor manera de 
hacer ver que estás aquí, 
existiendo como ellos, 
es dedicándoles cada letra realizada 
de un solo trazo sin levantar el lápiz del papel

prácticamente como lo hace mi mirada 
cuando te sigue al marchar
de un solo trazo te atrapa 
y sin levantar la vista. 

Casi también como lo hacen mis manos 
cuando te sienten
y de un solo trazo te arriman 
sin levantar sospechas. 

Me encanta, 
porque también se parece a mi boca 
cuando de un solo trazo te susurra 
y sin levantar la voz. 
Pero no me gusta más que mis labios 
cuando de un solo trazo te muerden 
y sin levantar heridas. 

Por todo ello, 
a lo que más se asemeja es a mi nariz
cuando de un solo trazo te expira 
y sin aliento
levantas cada andamio caído 
para que pueda continuar construyendo 
senderos donde tus sueños
tus manías
tus inquietudes 
y tu sonrisa 
se hacen con mis pasos
de un solo trazo me enganchas 
y sin levantar murallas,
me voy contigo.

jueves, 18 de julio de 2013

No llores, el mundo no tiene sed

Me he olvidado del olor de tus mejillas,
he recordado el rosado de tu olor.
Me han dejado de doler las despedidas,
bienvenidos todos al centro de mi atención.

Un adiós se hizo con mi vida
desde que se marchó mi primer amor.
Para mí el amor no entiende de medidas
y me está echando un pulso la razón.

Quédate hasta que vengan primaveras
a inundar las fortalezas de mi invierno.
Quédate hasta el día en que aprenda
a tocar el piano,
quédate a ser mi canción.

Déjame olvidarte por un rato,
echo de menos llorar en compañía de mi yo,
una lluvia, un mal día
y desde que apareciste
no hay manera de ahogar mi habitación.

El sol no deja de preguntarme
de qué color quiero mis noches
y me has dejado tan muda
que sólo me sale señalar mi corazón.

El mundo huele a tierra mojada,
no dejan de llover
y yo soy incapaz de seguirles la corriente,
por primera vez
me siento diferente,
esta vez,
me he tumbado mirando el porvenir
por si acaso le daba por volver.

lunes, 8 de julio de 2013

Morir de vida; vivir de muerte


Empezaré a confiar en este mundo de mierda, cuando a los vivos nos regalen flores muertas.

A mí no me vais a volver a engañar con eso de que "quien no arriesga, no gana"; "quien avisa no es traidor". No, no es traidor, es un hijo de puta. 
¿No puedes quedarte en tu esquina de la tierra pensando en tu vida de mierda? No, tienes que joder a los demás.
Pues te voy a decir una cosa, me sobra empatía para darme una buena hostia.
Me lo merezco.

Por saber lo frío que supone ir a ver a alguien que ya no es, a mirar hundir una caja o asistir a la quema de un corazón. Como si no estuviésemos hartos de ver cada día cómo arden en vida miles de corazones que laten por inercia. Como si no asistiésemos cada minuto al entierro de cada uno de nuestros sueños.

Otra cosa te voy a decir, al próximo que se le ocurra vestirse de negro y llevar flores, se queda sin su muerte para toda la vida.

Creo que ha llegado la hora de ser conscientes de lo que realmente merece la pena aquí, porque luego la muerte es una movida, y vete tú a saber si allí te dejan regalar flores, que tengo entendido que a los vivos os llevan agua.
Y todavía no sois capaces ni de mantener con vida una planta.
Joder, ¿qué os falta?
¿Qué necesitáis ver para saber que los muertos os quieren resucitar y vosotros os empeñáis en seguir muriendo? Casi siempre de amor, cuando siempre es de miedo. 

Estoy de acuerdo en que a veces las noches son nudos marineros, pero los muertos no tienen la culpa de vuestro funeral de vida, 
así que, 
por favor, 
reparta ramos de esperanza
que a este suicidio invito yo. 

sábado, 6 de julio de 2013

Me llama, me río, le miro y me vuelvo a dormir


No te haces una idea 
del trabajo que me cuesta ahora abrirme al papel.

Le abro a él y le dejo en blanco,
como siempre.
Un instante.
Dos.

Me llamas.
Sonrío.
Me río.
Te miro sin tenerte.
Imagino que vuelves.

Te recuerdo
mientras escucho de fondo tus sueños
y me da por pensar que a veces lo haces
sólo para contarme lo bonita que puede ser tu realidad.

Yo mientras te acaricio en mi cabeza,
dejando la película sin final 
porque me come la prisa de comenzar contigo.
Te beso, 
sitúo mis palmas con cuidado en tus salientes
y te juro que lo único que me salía decirte
se apellidaba amor. 

Ríes a lo lejos,
reventando la distancia por teléfono.
Sigues hablando de dormir para soñar
sin saber que en ese momento
te estaba soñando sin dormir.

En mi cabeza,
te hice saber en lo que derivaban mis ganas.
En hacerte.
Quería hacerte entre mis dedos,
ver cómo te deshacías,
cómo te dejabas envolver,
morderte las costuras,
romperte el anochecer con mi lengua abriendo paso por tu piel.
Y aunque quisieras dormir, no dejarte.

Joder, sobre todo no dejarte ir.


Has venido tú 
y no puedo dejar de pensar en tus labios
y en esa manera tan tuya de besarme cada lunar 
diciéndome que tienen complejo de planeta.

Lo que no sabes 
es que son las coordenadas 
de todas las caídas que suma mi espalda.


Me enganchas con tu voz
mientras te dedicas a besar constelaciones
y no sé qué es lo más bonito de todo esto,
si sentirte, a secas
o atreverte a dejarme seca de sentidos.

Terminas colgando mi sonrisa,
despertando tus sueños.
Termino colgándome de tu risa,
soñando despierta.
Descanso de pensarte
y me vuelvo a la cama 
a imaginar que me llamas.