Se encuentra tumbada en una cama de
hospital lejos de la comodidad de su almohada, y el pasillo infectado
de caras conocidas y desaparecidas durante muchos años. Entre ellos
su primer amor, su durante y su último. El verdadero. El de su muerte.
El amor de su vida había
encajado tan mal la noticia, que le había desencajado el día a día.
El amor atraviesa la puerta de la habitación que distaba mucho de la que compartía con ella. Afri sonríe y el amor hace unos días
que no sabe hacer otra cosa que no sea llorar. Ni siquiera recuerda cómo
es su nombre, sólo se acuerda de que ella siempre le había llamado
de una manera diferente. Juegos de palabras o lenguaje de pareja lo llaman algunos, pero Afri siempre prefirió llamarlo complicidad.
Se sienta en el lado derecho de la cama,
cogiéndole la mano, como intentando evitar que ella abandonara en
cualquier momento esta guerra, la cual no le habían dado tregua para luchar. El amor no cesa el llanto. No cesa.
Es curioso cómo a veces la vida te demuestra que guardas un océano en los ojos. Afri, casi le suplica que deje de empaparla de esa manera:
Es curioso cómo a veces la vida te demuestra que guardas un océano en los ojos. Afri, casi le suplica que deje de empaparla de esa manera:
-Mi amor... No puedo verte llorar y no
tener fuerzas para abrazarte. Por favor... Sabes que nunca te he
pedido nada -coge aire y lo aguanta en el corazón-, y aunque mi vida
se acabe, recuerda que nos quedan unas cuantas por delante. ¿Te
acuerdas de la primera vez que nos vimos? -termina de soltar todo el
oxígeno y abraza el silencio-.
El amor de su vida sigue diluviando y
cada vez aprieta más fuerte su mano. Le aprieta tanto y a la vez con
tan sumo cuidado que parece que el mundo se acaba asfixiando de
placer.
Afri ha dejado de armarse de valor para
armarse de muerte y en la última calada de aire le dice:
-Por favor, amor... Tu vida no se
acaba, me acabo yo. Lo siento por dejarte esta vida para ti, me hubiera
gustado compartirla a tu lado. No dejes con las ganas de verte a
todas las ciudades que teníamos pendientes, ellas no se lo merecen.
No te olvides de llenar esos abrazos que tanto abarcan y tanto
calman, y tanto me han salvado a mí de los lunes por la mañana,
hazme el favor de llenarlos de ganas y saciarlos de amor. Ojalá te
vuelvas a enamorar de alguien, mi amor, ojalá. Sonríe siempre y
perdóname irme tan pronto, pero yo sabía que la vida no estaba
hecha para mí. Yo sabía que estaba hecha para vivir de ti, pero me
ha tocado dejar de ser y no pasa nada. Voy a estar bien sólo
si tú duermes cada día en nuestra cama... -Afri se olvida de que en
la vida se respiraba y por un momento cree perder la única toma de
tierra que le quedaba, pero abrió la boca e inhalo el aire donde el
amor de su vida también espiraba- Mi vida... Qué difícil se me va
a hacer el mundo allí sin mi propio cielo, menos mal que dejo a los
mortales al mismísimo universo. Creo que te lo he dicho pocas veces
porque sabes que te hablo con miradas, pero... Te he querido más que
a mi vida, y por eso te dejo aquí y la pierdo a ella-
El amor de su vida le dejó de sentir el
pulso. Enseguida entraron los médicos a pedir que desalojaran la
habitación y a ponerle en el pecho diversos aparatos, como si de un
chispazo Afri volviera con el amor, como si realmente necesitase un
azul artificial, sabiendo que la llama que el amor y ella mantenían, no se
apagaba.
Desalojaron el pasillo tan rápido como
sucedió todo, la familia y su entorno se marchó destrozado pensando
que un pequeño lunar, que algunos osan llamar constelaciones en
espaldas, se había llevado a su propia galaxia.
El amor de su vida volvió a sonreír,
y siempre dormía en su lado de la cama, abrazando la almohada que un
día Afri le invitó a compartir.
(Afri no es el nombre real de la
protagonista imaginaria, es el nombre de la hija que iban a tener)
mmmmm
ResponderEliminarme gusta más tu poesía que tu prosa :)
Jaja, tranquila, esto ha sido una obligación cabeza-corazón. Ha salido así porque ha sido vomitado sin filtros, ni siquiera es un texto para darle forma, es sólo que le tenía que decir al amor de mi vida que siguiera viviendo si Afri se iba algún día. :)
Eliminardeeesde luego es un sentimiento muy fuerte
Eliminary un texto muy triste
No sé si la historia es real o imaginaria, pero yo con historias así no puedo, se me encoge el corazón de tal manera que le cuesta bombear. Y mira que me veo todos los días un capítulo de anatomía de Grey, pero no hay manera.
ResponderEliminarQué horrible la muerte, qué horrible perder a una persona y quedarte con todo su amor, para siempre.
No he podido evitar pensarme en esa situación y tener a mi amor al lado. Lo siento por las lágrimas innecesarias causadas, pero tranquila, que la muerte no es tan eterna como parece. Ojalá tengas suerte y llegue alguien a prometerte cien vidas :)
EliminarPara ser lo primero que leo de ti tras tus tweets, me ha gustado. Como a veces lo más pequeño nos puede quitar lo más grande.
ResponderEliminarGracias :)
EliminarLo "pequeño", a veces, suele tener más fuerza concentrada.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAl leer esto, mis ojos han recordado también que esconden un océano dentro.
ResponderEliminarPerfecto.
Es bonito llover de vez en cuando :)
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