Mi intención no es situarme en un
plano de tu vida. Aunque sea un punto en el espacio, por mis curvas
no han cortado suficientes rectas. Sí, suelo seguir rectas cortas,
por aquello de disminuir las distancias, pero al final siempre me
encuentro haciendo parábolas, eso sí, siempre a mi bola.
Que no me gustan las secantes cuando me
cortan la razón, aquella que equidista de tus palabras y mi
co(n)razón.
De hipotenusas y (co)senos hablamos
luego. Me falta vida para tanto ángulo muerto.
Mis manos, tus poliedros. Tu espalda,
mi tercera dimensión.
Mi ángulo obtuso, tus caderas. Tu
hélice, mis dudas.
Mil problemas de tangencias, dos
soluciones calculadas.
Probemos a ser ángulos
correspondientes y veamos si tenemos transversal.