Hoy he hablado de las palabras con las palabras que otros han puesto al alcance para expresarnos. Ayer busqué el significado de humildad y después el de egoísta. De la primera palabra salí, en la segunda me quedé pensativa. Vivo allí. Allí donde miras y ves lo que has sido, de allí me he ido. No digo ese allí. Hablo de allí a lo lejos, de lo que contemplas mientras otros amablemente lo acercan. Hoy me ha pasado eso, al mismo tiempo he vuelto a creer en eso de crear con el pensamiento. He creído invitar a Tamara a encontrar su palabra, pero realmente me lo estaba ofreciendo ella. 'Si tuvieras que definirte en una palabra que no existe, ¿cuál sería?' Mi respuesta ha sido: ninguna. Un silencio, aquello que no es palabra sino lugar donde quedarse quieto. Un infinito espacio, no un espacio infinito en el tiempo. Lo infinito me inspira pereza, necesito contemplar la meta para decidir cuándo llegar. Hoy también he sido egoísta y no me he dado cuenta. También he caído en la cuenta de que existen dos tipos de personas: aquellas que te acercan a ti mismo y las que te alejan. Después me he vuelto a levantar. Cuando miro hacia atrás lo hago nunca desde arriba, nadie me puso en aquel lugar. Después miro a lo que viene y lo que vendrá, y entonces entiendo que existen tantos tipos de personas como personas vivan su vida por tu vida, su vida en tu vida: el ser amable y educado, el políticamente correcto pero alocado, el ser egoísta por naturaleza y el naturalmente ser humano que ni tanto ni tan poco, ni una cosa ni la otra, pero en la nada cabe todo. Hoy he pensado en las palabras, en la perspectiva, en la actitud y en la enfermedad hasta que la mala suerte nos separe. Dualidad.
Lo confieso, a veces me da por pensar en la muerte para sentirme viva.
A ratos soy eso, tan sólo palabras.